Herramientas del analista

Mestizos de futuro

Decir, a cien años de la invención del psicoanálisis -y como lo han dicho ya Freud, Winnicott o Lacan- que los artistas siempre nos llevan la delantera es ya un lugar común. Sin embargo, anida allí una verdad. Por eso cuando en cada número de Calibán convocamos a artistas renombrados a acompañarnos, no los reclutamos en calidad de ilustradores de nuestras ideas, ni nos guía un puro afán estético: los buscamos para que nos ayuden a imaginar el futuro.

Desde la tapa, una coneja de color fluomira al lector, como una enigmática esfinge. No se trata del truco de un diseñador o de una travesura infantil sino de la operatoria de un artista. El carioca Eduardo Kac inventó a Alba cuando propuso utilizar los genes que hacen fluorescentes a las medusas para intervenir el ADN de la coneja, sentando así las bases del arte transgénico.

Esa coneja en la que se conjugan tanto el enigma como la magia o incluso la fertilidad es –como somos todos en Latinoamérica- producto de un mestizaje. Alba es mestiza más allá de las habituales coordenadas raciales o geográficas que distinguen los infinitos matices que hay entre el blanco y el negro. Alba está teñida del misterio de lo que vendrá, es mestiza de futuro.

Es el futuro lo que intentamos imaginar en este número de Calibán, a partir de la sugerente conferencia que diera Luiz Alberto Oliveira en Río de Janeiro, cuando presentábamos la revista el año pasado y que hoy incluimos en la sección Textual. Es el futuro también el lugar desde el que queremos pensar las herramientas del analista –tema del 49avo. Congreso de IPA en Boston- que nos ocupa en la sección Argumentos.

Los analistas somos amantes de la tradición. Practicamos un oficio que rinde culto a sus pioneros como pocos y, aún cuando nos proponemos estar a tono con la época que nos toca, solemos privilegiar la lectura de los clásicos. Hay quizás un saludable anacronismo en nuestro oficio,  pero el futuro nos coloniza de forma insidiosa e inevitable. Como los lagoglifosde Kac, esos pictogramas que desbordan las retiraciones de tapa e invaden el interior de este número de Calibán, obligándonos a pensar no sólo en términos de fidelidad a nuestros orígenes, sino también imaginando el porvenir.

La lengua del otro.

Desde el número inicial de Calibáneditamos en nuestras lenguas latinoamericanas, el portugués y el español. Decimos “nuestras” sin desconocer que se trata de las lenguas ibéricas, las lenguas de la colonización y la conquista. Pero no se trata sólode lenguas europeas, sino también de la inflexión que se les ha dado en su cruza con las lenguas aborígenes e inmigrantes, en su apropiación antropofágica, en el contrabando de expresiones de medio mundo que ha encontrado cobijo en nuestro modo de hablar y de escuchar. También en nuestro modo de contar el psicoanálisis.

Luego de balbucear en español y portugués, nos atrevemos –atrevidoes uno de los significados del caníbal que a fin de cuentas Calibánes- a hacerlo en inglés. 

Por primera vez en la historia de FEPAL, editamos simultáneamente en tres lenguas. Y esto, además de implicar un considerable esfuerzo de un gran equipo de personas, tiene intenciones y consecuencias. Tanto políticas como epistémicas.

Calibánvuelveal inglés. Su nombre apareció por primera vez en esa lengua, entre los personajes de La Tempestadshakespereana. Allí Calibánes quien no logra hablar jamás correctamente la lengua de Próspero, es quien apenas logra balbucear.

Nuestra publicación, al comenzar a decirse en inglés, deja de ser sólo un instrumento para leernos entrelatinoamericanos sino que se ofrece también para ser leída por otros. La traducción a lo que es la lingua francade nuestros días -como pudo haber sido el griego y quizás lo sea el chino mandarín- permitirá que nuestras ideas y nuestro modo de articularlas sean conocidos fronteras afuera.

Pero no sólo eso: tanto como el pasaje al español y al portugués implican un modo distinto de decir y pensar el psicoanálisis, la traducción al inglés lleva larvada la pretensión de minar la lengua del otro, descompletarla. Concebimos el texto original como un proyectil y el de llegada como un blanco, donde -más que restaurar un sentido en otro idioma, elección tradicional del traductor- se trata de desorientar a ese otro idioma, como propone Foucault[1]. Nos proponemos que la vueltade Calibánal inglés no sea sin consecuencias.

Deleuze y Guattari han hablado –a propósito de Kafka- del lugar que ocupan las lenguas menores[2]. Éstas tienen por función desterritorializar a las mayores, imprimirle cierto “coeficiente de subdesarrollo”. Al contaminarlas, las fertilizan[3].

Eso pretendemos hacer también con nuestro propio psicoanálisis, que a partir de ahora  contamos, aún con la torpeza de quien aprende una nueva lengua, también en inglés: no sólo decirlo de nuevo para que pueda ser leído en las metrópolis del conocimiento. No sólo llevar contenidos de un continente a otro en ese nuevo vehículo idiomático.

También decirlo en otra lengua para poder escucharnos de modo distinto nosotros mismos, para repensarnos desde ese extraño lugar. Pues lo implicado en una nueva traducción no es la asimilación de una lengua a otra, sino “hacer ambas extranjeras a sí mismas”[4].

La extranjería no sólo se hace presente en este número en las lenguas en que publicamos, sino también en sus contenidos: la sección Vórticealberga un debate –con voces de Asia, América y Europa- a propósito de la traducción en psicoanálisis. Allí encuentran lugar las consecuencias políticas del acto de traducir –donde elegir una palabra bien puede ser determinar un modo de practicar el psicoanálisis-, algunos avatares de la traducción de Freud en las tradiciones anglosajona, francesa y latinoamericana y, last but not least, el modo en que la traducción misma como acto es pensada en distintos contextos.

En Textual, entrevistamos a una gran escritora de habla inglesa, Siri Hustvedt. Su pasión por el psicoanálisis, experimentada con la lucidez de los outsiders, anima lo que nos confía acerca de esa extraña forma de intimidad que practicamos a diario.

El destino de Calibánes el de ser un extranjero, tan ajeno a las referencias de sangre y suelo que han marcado a tantas geografías, como a las genealogías analíticas consagradas. Pero este extranjero practica nuestro oficio inverosímil en Latinoamérica.

El dossierde este número se dedica a explorar algo que venimos haciendo de un modo u otro desde el comienzo de la revista: pensar América Latina sin chauvinismosni espíritu provinciano. En esta sección lo hacemos con el acicate de ensayistas que se mueven por fuera del ámbito psicoanalítico.

Otras dos secciones, De memoriaClásica & Moderna, se ocupan del rescate de psicoanalistas trashumantes, mestizos culturales: Emilio Rodrigué que dejó huellas de su paso en Buenos Aires, Londres o Salvador de Bahía, e Ignacio Matte Blanco, que comenzó su camino en Santiago de Chile para terminarlo en Roma. Completa esta edición una crónica sobre Porto Alegre en Ciudades Invisibles, y una Bitácoradel número.

Es difícil imaginar al lector de estas palabras: puede leerlas en español o en portugués o en inglés. Puede leerlas en la superficie efimera y veloz de su pantalla o en el sensual encuentro con el papel, pues Calibánes mestiza también en ese sentido: analógica y digital, participa de la celeridad del futuro y pretende un lugar físico en las bibliotecas. Habita la realidad virtual y también la otra, la de carne y hueso. Cada vez que enviamos los archivos finales a imprimir estamos en el mismo lugar que Eduardo Kac cuando –en uno de sus proyectos vanguardistas llamado Génesis– creó el modelo de una bacteria en su computadora, lo envió por correo electrónico a un laboratorio para que la sintetice, y luego se la devolvieron de forma física. 

Esta revista mestiza está editada por un equipo mestizo, que hace de la diferencia y de la sabiduría de las mezclas uno de los resortes de su eficacia. Me enorgullece coordinar ese equipo que aprende a cada número, que se esfuerza y que falla. Pero que intenta con pasión producir una revista que, como la coneja Alba, brille en la oscuridad.


[1]Cit. en Berman, Antoine, L’Épreuve de l’étranger: Culture et traduction dans l’Allemagne romantique, Gallimard, 1995.

[2]Deleuze, Gilles y Guattari, Felix, Kafka. Por una literatura menor, Era, México D. F., 1975.

[3]Preta, Lorena, La brutalità delle cose. Trasformaziones psichiche della realtà, Mimesis, Roma, 2015.

[4]Wohlfarth, I., Hombres del extranjero. Walter Benjamin y el Parnaso judeoalemán, Taurus, México D.F., 1999.