Entrevista CEAPIA, Porto Alegre

Entrevista para o Boletim do CEAPIA – Centro de Estudos Atendimento e Pesquisa da Infância e Adolescência

Gostaria de saber sobre a tua trajetória profissional: que caminhos te levaram à psicologia e à psicanálise?

Llego em distintas etapas al psicoanálisis (la psicología fue apenas um paso previo y necesario para um deseo de practicar el psicoanálisis que la precedía): Por um lado, la biblioteca de mi padre, donde coexistían Freud y muchos de sus discípulos, testimonio de um “coqueteo” de mi padre -que era médico- com el psicoanálisis cuando decidía su formación. Allí coincidían um interés sobre el funcionamiento de la mente com  lecturas exploratorias donde el sexo (Freud hablaba de sexo y yo leía sus alusiones, siendo adolescente, como si se tratara de literatura erótica) era um pivote central. 

Por outro lado, amigos de mi familia vinculados al psicoanálisis, que lo tornaban um oficio posible. F

inalmente, el modo más genuino quizás de acercarse: a través de  um diván, por mis propias peripecias neuróticas mientras estudiaba Leyes. Comencé um análisis entonces, lo que me llevó -em um camino que no es nada raro- a convertirme em analista.

Nos teus trabalhos tu citas muitos escritores, tanto quanto psicanalistas, tornando muito claro teu amor pela literatura. Que influências a literatura têm no teu trabalho como psicanalista?

Me interesa no solo la literatura sino también el arte, la arquitectura, el cine y muchas otras cosas, como la gastronomía o la fotografía. No se trata de ser una persona “culta” (aunque en tiempos en que cierto tipo de cultura pareciera haber dejado de ser un valor, pueda rescatárselo). Se trata de algo mucho más cercano a la experiencia del psicoanálisis que, en mi opinión, se ubica en una zona de frontera de las disciplinas humanas. Em esse sentido, no me interesan tanto los rasgos de cultura libresca, sino algo ligado al modo original em que Freud pensaba la formación del psicoanalista, y que lamentablemente se ha perdido. No hay más que pensar em el programa que imaginaba: mitología y filología, religiones comparadas y biología, etc., para darse cuenta que solo si torneamos nuestro instrumento de escucha desde ese prisma multifacético podremos ejercer dignamente nuestro oficio. Me parece que considerar al psicoanálisis tan solo como uma práctica más o menos científica -como podría ser la neurología o la dermatología- para la cual es indiferente cualquier bagaje cultural, empobrece la escucha.

Com la literatura em particular sucede algo aun más importante que lo que pasa com las otras disciplinas, pues el discurso mismo de cada paciente se ordena em tanto uma narrativa. Cada analizante construye, inventa, uma narrativa acerca de sí que tiene por um lado efectos de sentido, y por outro eficacia em la resolución sintomática: produce tanto saber como alivio. Alguien que consulta a um analista es de algún modo um personaje apresado em um mal relato, guionado ppor Outro, alguien que actúa uma narrativa que, aun capitalizándola em términos de “goce”, le provoca sufrimiento. 

Leer narrativa potencia a mi criterio la percepción de los matices de lo que escuchamos a diario, nos da herramientas para colaborar com esse relato que cada analizante construye sin saber, esse nuevo relato que, com suerte quizás, resulte liberador. Lamentablemente no soy um gran lector de poesía, pero encuentro a la poesía -otros lo han dicho ya- como um laboratorio perfecto para aprehender el peso de las palabras, incluso em tanto fábrica de la interpretación.

Em cuanto a influencias, no lo sé bien, pues leo lo que cae em mis manos sin demasiado orden, esté escrito o no (pues se leen también los edificios y las ciudades, las películas y los mapas). Walter Benjamin y su rescate del espíritu de la narración, Sebald y cierto vagabundeo geográfico-literario, Borges y el modo em que la literatura se apropia de la ciencia, y tantos otros… Me gusta pensar al psicoanálisis como Bolaño o como Leiris pensaban la literatura, como uma profesión de riesgo, como uma tauromaquia incluso: cada analista enfrenta a su toro, cada vez, em cada sesión.

Que livros/escritores marcaram tua vida? 

Supongo que muchos, pero nombro los que primero vienen a mi cabeza, libros que no pasaron desapercibidos em distintos momentos: La invención de la soledad, de Paul Auster; Austerlitz, de Sebald; Bartleby y cia, de Vila-Matas…

E quais autores psicanalíticos influenciaram na forma que tu trabalhas?

Freud y Lacan, fundamentalmente em lo que respecta a andamiajes teóricos. Entre nosotros, Marcelo Viñar com su estilo poético de transmitir el psicoanálisis. Pero también muchos psicoanalistas com los que comparto intereses o discusiones cotidianas -como Leo Nosek o Alberto Cabral por citar solo dos, aunque son muchos más- y se entrelazan em um diálogo  infinito, como decía Blanchot, tanto com los vivos como com los que ya no están. 

De todas maneras, quizás no me sea fácil diferenciar entre autores psicoanalíticos y escritores pues me dejo interpelar por cualquiera de ellos, sin distinción. Más de uma vez encuentro uma idea más fértil para la clínica em uma novela que em um texto psicoanalítico, y los psicoanalistas que me interesan permiten leer mejor la realidad. Ambos  -psicoanalistas y escritores-  funcionan em mi cabeza no como dos grupos separados sino como si estuvieran em uma banda de Moebius, relevándose sin cesar. De ellos, y de lo que sea, me permito hacer um recorte más o menos personal. Más que recitar, replicar o explicar a tal o cual autor, me interesa cultivar um estilo. Um psicoanalista, creo yo, está obligado a hacerlo si quiere ayudar a quienes se recuestan em su diván a encontrar el suyo .

Como tu percebes a adolescência contemporânea? Que formas de subjetivação de chamam a atenção?

Si es adolescencia, es contemporánea. Nadie como los adolescentes para atrapar algo del Zeitgeist, el insumo central de su mutación. La percibo com mucha perplejidad, por momentos me genera impotencia, por momentos entusiasmo. Sabemos que vivimos uma época donde los grandes relatos que estructuraban la civilización -como el comunismo o la religión- han declinado, junto com cierto lugar ordenador de la figura del padre, lo que implica nuevas configuraciones clínicas. Nuestros adolescentes son hoy nativos digitales, lo que implica para nosotros, seres analógicos, um esfuerzo de aprehensión, como si se convirtieran en extranjeros a nuestra propia especie; y para ellos implica nuevos modos de subjetivarse. El paradigma de la profundidad se há desplazado hacia uno de superficie, lo que potencia las posibilidades de abordar zonas más y más amplias al mismo tiempo que compromete el anclaje a referentes que, además, son cada vez más endebles y resbaladizos. Hoy em día, nuestros jóvenes habitan em mundos paralelos -mundos virtual y real interconectados, atención multiplicada- mientras el psicoanálisis lucha por desamarrarse de la modernidad que lo vio nacer, la de um mundo menos polifacético, aunque más denso y profundo quizás.

O que consideras importante no trabalho psicanalítico com adolescentes?

No perder la frescura al momento de intervenir. Alejarse de cualquier forma de impostura. Manejar com delicadeza la relación com los padres, siempre riesgosa para la continuidad del tratamiento. Si es posible, divertirse, jugar. Si com um adulto um logro es instalar la asociación libre como práctica de relato que permite la aparición de um sujeto nuevo, com um joven quizás, probablemente más libre em sus asociaciones que sus padres, se trata de anclarlos, de encontrar juntos puntos de capitón, nudos estructurantes. Siempre pienso que el análisis com um joven há de apuntar al encuentro de um proyecto próprio . Alcanza a que um esbozo de éste exista para que muchas otras conductas típicas em la adolescencia, aun las más riesgosas, encuentren um límite. No es la palabra moralizante del outro sino el proyecto próprio del joven lo que reduce el riesgo. Para ello, hay que saber que es imposible analizar a um joven sin estar dispuesto a correr riesgos.